El descanso es esencial en cualquier deporte, incluido el running. Además, la importancia de descansar bien antes de una carrera de competición es capital para cualquier corredor pero, ¿cuánto y cómo debemos descansar? ¿Hasta qué momento podemos entrenar antes de competir? ¿Cuántas horas de reposo son necesarias?
En primer lugar debemos comprender cómo es el ciclo de recuperación del cuerpo tras la realización de una actividad física intensa. Al entrenarnos o ejercitarnos, sometemos al músculo, a las articulaciones y a los huesos a un estrés y a una presión que, en un primer momento, lo debilitan. Cuando este estrés se libera tras un periodo de tiempo de recuperación, nuestro organismo se fortalece y mejora. Cuando este periodo de descanso no se respeta, el crecimiento de nuestro cuerpo se ve dificultado, los beneficios del trabajo realizado desaparecen y corremos el riesgo de caer en el sobreentrenamiento.
Por otra parte, dejar pasar demasiado tiempo sin entrenar también mengua las mejoras en el rendimiento así que la clave está en ajustar los ciclos de descanso y entrenamiento lo mejor posible.
Cómo combinar entrenamiento y descanso
Los expertos recomiendan dejar pasar entre 24 y 48 de descanso entre una carrera intensa y la siguiente e incluso más si lo que hemos corrido es una competición muy exigente.
Los corredores novatos necesitarán como mínimo 3 o 4 días de descanso durante una semana típica de entreno mientras que unas pocas horas serán suficientes para los runners más experimentados. Como orientación, se recomienda siempre estar atento a las señales que nos manda nuestro cuerpo y si notamos molestias o mucho cansancio el día despues de salir a correr, mejor esperar un poco antes de volver a entrenar.
¿Qué es un buen descanso?
Cuando hablamos de descanso, a todos se nos viene a la cabeza la idea de estar tumbados en el sofá sin hacer absolutamente nada pero existen otras maneras de descansar, sobre todo cuando estamos preparando una carrera.
En este caso, lo normal es que haya días en que entrenemos de manera bastante intensa para bajar los tiempos de carrera, combinando esto con otras jornadas de rodaje que serían lo que podríamos entender como descansos activos. De esta manera, logramos dosificar la carga de esfuerzo sin caer en un valle de rendimiento y nos aseguramos de ir progresando según pasan los días.